Los seminarios (clases especiales, u otro tipo de actividad que no sean las clases regulares)tienen varios puntos a favor y algunos en contra. Depende en qué punto del camino nos encontremos, nuestra experiencia tendrá una mayor o menor importancia.
1) En un seminario, tenemos la posibilidad de conocer a otros instructores, que tal vez tengan otra forma de enseñar, y nos puedan mostrar otro tipo de técnicas a las que estamos acostumbrados.
2) También asisten a un seminario muchos practicantes, los que nos da la posibilidad de conocer otras formas de práctica. Si e seminario es abierto a todas las escuelas, se notará mucho más esta situación.
3) Si el seminario no se realiza en nuestra ciudad, provincia o país, nos da un plus al poder conocer otra gente, cultura, idioma, etc.
4) Algunos seminarios son caros; pero tenemos que tener en cuenta el valor que tienen al darnos la posibiidad de concer maestros que, en algunos casos, han sido alumnos directos del Fundador del Aikido (Tamura Nobuyoshi, Yamada Yoshimitsu, Seiichi Sugano, etc.)
5) Tal vez, aquel que tenga muchas ganas, hasta podrá hacer coincidir sus vacaciones con algún evento de aikido, y utilizar el tiempo libre para conocer más, o practicar en otros dojos.
6) Existe la posibilidad que encontremos en un seminario mucha gente que no practica como nosotros, con nuestro estilo, forma o etiqueta. Esto también funciona como un desafío para mejorar nuestra práctica.
7) Como cierre y para ponerle un lazo al seminario, sería fantástico tener la posibilidad de ser uke, aunque sólo sea por una vez, de estos grandes maestros. Para mí, esa oportunidad da por pagado el seminario
