martes, 18 de octubre de 2011

SUNADOMARI Kanshu sensei


SUNADOMARI Kanshu fue alumno directo del fundador del Aikido, Morihei Ueshiba, quien le otorgó el 9º dan a la muy temprana edad de 38 años. El Maestro Sunadomari nació en el año 1923 en la prefectura de Kagoshima (Japón) y desde joven recibió las enseñanzas de Ueshiba. A los 30 años realizó su primera demostración de Aikido en Kyushu, tercera isla más grande de Japón. Al año siguiente abrió un dojo al que llamó Maseikan en la ciudad de Kumamoto y desde entonces el número de practicantes de Aikido aumentó a más de 20.000 alumnos y varios miles de cinturones negros.

Sunadomari proviene de una familia de devotos creyentes en la religión Omoto, en la que Ueshiba basa los fundamentos espirituales de su Aikido. Además, dicha familia mantenía una buena relación con el fundador del Aikido y fue precisamente el hermano mayor de Kanshu quien publicó la primera biografía de Morihei Ueshiba en 1.969. También, la hermana mayor de Kanshu (Fukiko) consiguió un alto grado en Aikido y fue confidente íntima de Ueshiba. 

Tras la muerte de Ueshiba, SUNADOMARI Kanshu 
fundó su propio estilo de Aikido (Manseikan Aikido), que pone especial énfasis en el poder respiratorio (Kokyu Ryoku), así como en la parte espiritual del Aikido.

SUNADOMARI sensei falleció el 13 de noviembre de 2010

miércoles, 5 de octubre de 2011

El camino a lo espiritual

Hace un año y medio, comencé  sin saberlo un nuevo momento dentro de mi propio camino en el aikido. El seminario que nos brindaron sensei BULL y SHIKANAI sensei fue el primer paso visible en ese nuevo sendero.

En septiembre de 2010, KATO sensei volvió a mostrarme que ese camino era el correcto, al menos en este momento de mi práctica. Un mes antes publiqué que estaba pasando por un punto de inflexión, y con SOBUE sensei, cerré un año increíble.

Cuando vino sensei BULL en abril de 2010, compré un libro que el tradujo del inglés, "La iluminación a través del Aikido", escrito por SUNADOMARI Kanshu sensei. SUNADOMARI sensei fue alumno de O`sensei en la primera época del aikido.


Este libro, tal vez sea el más relacionado con lo espiritual, y el menos técnico de los que leí en estos 17 años. Y creo que -como me dijo sensei BULL- llega en un momento en el que puedo leerlo gracias a una maduración natural en mi práctica.

Entre muchísimas cosas que dice en su libro SUNADOMARI sensei cuenta que habiendo cumplido 20 años de haber comenzado a enseñar aikido, pudo descubrir algo muy importante de lo que había aprendido de O´Sensei. Pudo aprender a expresar a través de la técnica, la parte espiritual del Aikido.

20 años después de haber comenzado a enseñar!!!! Por lo menos, 30 años de práctica!!!!

Me faltan un par de años para comenzar a entender.

También dice que su práctica cambió. Evolucionó. Se dio cuenta que la técnica, o práctica física, era necesaria para llegar a lo espiritual. y lo cita a O`Sensei: "El aikido es un entrenamiento espiritual (kon) que usa un arte marcial (haku) como instrumento".

Algo debía saber del tema espiritual, no?

Cuenta que O´Sensei enseñaba en sus clases de manera mucho más espiritual que técnica. Y que los jóvenes preferían las clases de otros instructores donde se enseñaba la técnica. Mucho pensaban que O´Sensei  había cambiado a una técnica más débil o menos contundente. Allá ellos...

Justamente hace unos días, alguien me envió un e-mail para averiguar sobre clases. Y preguntaba justamente sobre el tema espiritual Si se podía aprender, y decía que no quería algo competitivo.

No sé si para bien o para mal -lo veremos en unos días cuando venga o no al dojo- le comenté que la parte espiritual del aikido solo puede ser conseguida a través de la práctica constante. Estoy en eso, así que veremos si le dije la verdad o no.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El aikido como herramienta

El aikido es una excelente herramienta. Para qué? eso dependerá de lo qué necesitemos. Y claro está, de si sabemos o no usar las herramientas que tenemos.

En estos años aprendí, -entre tantas cosas- que más allá de tener las herramientas delante de nuestros ojos, es muy importante tener una guía para aprender a utilizarlas.

Si necesitamos colocar un clavo en una pared, podremos hacerlo con una tenaza? Sí, con mucho trabajo seguramente lo logremos. Pero lo mejor será tener un martillo, y además, saber que hay que usar la cabeza y no el mango, para golpear el clavo.

El aikido es igual. Todo depende de nuestra habilidad para utilizarlo. Puede servir para mejorar nuestro estado físico, nuestra postura, para hacernos sentir más seguros, para divertirnos, quitarnos el stress, o practicar defensa personal-

Todo esto, como ya dije en otro momento, es bueno, pero aikido ofrece mucho más que eso.

Aikido puede ser un destornillador, un martillo, o una Victorinox de 33 usos. Todo depende de cuanto practiquemos para poder aprender cada día más.

Un buen ejemplo es el siguiente: hace poco tiempo un compañero de práctica me comentó que, al practicar aikido, con el tiempo pudo darse cuenta que esto mejoraba su forma de trabajo. Él trabajo con personas, directamente con sus problemas. Por eso, este contacto se hacía muy difícil de sobrellevar. Aikido, según él, lo ayudó a cambiar la forma de recibir estas cosas, y que no le pesaran tanto. Nunca dejaron de importarle, pero podía controlar de otra forma la manera en que le afectaban.

También me contó, y esto me resultó muy fuerte, que en el momento en que comenzó su práctica, diariamente tomaba casi una botella de ginebra, y fumaba tres atados de cigarrillos. Nunca lo hubiese imaginado conociéndolo ahora.

Pero consultó en la oficina del dojo cuántas veces se podía practica por semana. Y le contestaron que todas las que quisiese...y el cuerpo le aguantara...Así que decidió que iba a dejar todo lo que le impidiera practicar aikido con mayor frecuencia. Lo primero que dejó fue el alcohol, y luego los cigarrillos.

Aikido no fue solo una herramienta. Fue un conjunto importante, para mejorar su calidad de vida.

Dejemos que nuestro cuerpo nos enseñe a aprender cómo utilizar el aikido para mejorarnos.

viernes, 8 de julio de 2011

Muchos o pocos?

Muchos o pocos alumnos? Qué es mejor para un dojo?

Comercialmente, no hay dudas. Cuantos más alumnos, más entrada de dinero.

Pero espiritualmente -y esto es lo importante en un verdadero dojo-, lo mejor es tener los alumnos que realmente quieren practicar, aprender, compartir. En estos 8 años que llevo al frente del dojo, he conocido cerca de 150 practicantes: Si todos ellos, o siquiera la mitad hubiese seguido practicando, seguramente podría haber construido un dojo propio. Pero claro, no fue así. Y eso también es bueno, Quiere decir que el Aikido no es un camino para todos. Porque lo bueno es que cada uno pueda elegir su camino.

Y a eso voy. En este momento tenemos en el dojo unos 20 alumnos. De esos, al menos 3 han dejado de practicar en algún momento. Y han vuelto. Por qué? Supongo porque el dojo les da un ambiente de amistad, compañerismo, comprensión, protección. Y un lugar donde practicar aikido.

Por eso, prefiero que el dojo tenga pocos alumnos. Y que ese grupo esté conformado por gente que ha pasado antes por ahí, y que se dio cuenta que nuestro dojo es un buen lugar donde compartir.

El aikido emociona

Es posible emocionarse practicando aikido? En 2010 descubrí que sí.

En abril, sensei Wagner BULL y SHIKANAI Ichitami sensei -ambos instructores en Brasil-, dieron conjuntamente un seminario organizado por el Centro de Difusión del Aikido.

Sensei BULL -quien para mí es una locomotora incontenible-, mostró nuevamente su capacidad de ser un "puente" entre el pensamiento japonés y el latino. Excelente.

SHIKANAI sensei -a quien no conocíamos-, logró despertarnos, o al menos sacudir nuestras cabezas respecto de lo que creíamos saber en cuanto al manejo del jo en aikido. Si bien él trabaja en jodo, y no aikijo, nos recordó que no siempre lo que hacemos es lo único que existe. Y lo hizo de tal manera, que pudimos comprender que, no saber todo no es malo, sino bueno, porque nos permite entender que tenemos un mundo de situaciones por descubrir.

Nos volvió a visitar KATO sensei. Una grandeza cubierta de humildad. Algo sorprendente en lo técnico y espiritual. Una sensación transmitida de tranquilidad que llenaba el tatami.

En noviembre, tuvimos por primera vez en Argentina, la presencia de SOBUE Mitsuru shihan, Director del Meirin Juku en Nagoya, Japón.

SOBUE sensei fue alumno de YAMAGUCHI Seigo shihan, al igual que SAKANASHI sensei. Por medio de Mauro NOVARA -un compañero de práctica e instructor del Musubi Dojo, en Puerto Madryn- quien fue a Japón por una beca de estudios, pudimos contactar a SOBUE sensei. Desde ya que para mí no existen las casualidades, por lo nos queda por aceptar que esto era parte del Camino.

Este Camino es realmente emocionante. Al menos asó lo estoy viviendo.

viernes, 21 de enero de 2011

La simpleza del aikido

El Aikido es simple. Y listo.

Nosotros los hacemos complicado de entender.

Lo re-confirmé con la visita de SOBUE Mitsuru shihan, el pasado mes de noviembre. Él fue alumno de YAMAGUCHI Seigo, al igual que SAKANASHI sensei -mi maestro-. Por esas encrucijadas que tenemos en nuestros caminos -aikido obviamente incluido-, tuvimos la oportunidad de conocerlo. Y fue algo maravilloso. Ver la simpleza y tranquilidad con que hacía cada uno de sus movimientos sin importar quien fuera el uke -no porque no fuera importante el quien, sino más bien porque todos eran iguales y diferentes para él-.

Explicar la técnica de SOBUE sensei sería tan difícil como explicarle a un bebé por qué su madre debe irse de casa a trabajar. Eso lo dejo para que cada uno de ustedes trate de conseguir la oportunidad de conocer a este Maestro en persona.

Pero este hombre de 67 años es capaz de hacer lo extremadamente difícil de explicar y realizar, súper fácil de ver. Tanto que no necesitaba explicar las técnicas, solo las hacía.

Ansío su próxima llegada en noviembre.